La fuga es un golpe cruel cuando sucede. Un día, vas a la colmena y descubres que no hay nadie en casa. Hasta la última abeja (o casi todas las abejas) ha hecho las maletas y se ha ido de la ciudad. ¡Que horror! Estas son algunas de las causas típicas de fuga:
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Trastorno de colapso de colonias (CCD): este fenómeno relativamente nuevo ha devastado colonias de abejas en todo el mundo. Un día, las abejas se fueron sin evidencia de por qué. Las causas aún no se conocen con certeza, pero el problema se está estudiando enérgicamente.
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Falta de comida: asegúrese de que su colmena tenga una gran cantidad de miel. Alimente a sus abejas con jarabe de azúcar cuando sus reservas de miel sean peligrosamente bajas (menos de dos marcos de miel tapada) y durante una grave escasez de néctar.
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Pérdida de la reina: esta situación eventualmente resulta en una colmena sin cría. Siempre busque evidencia de una reina cuando inspeccione sus abejas. ¡Busque huevos!
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Condiciones de vida incómodas: asegúrese de que la colmena esté situada donde no se caliente ni se moje demasiado. Las colmenas sobrecalentadas o demasiado húmedas hacen que la vida de la colonia sea insoportable. Proporcione suficiente ventilación e incline la colmena hacia adelante para un buen drenaje.
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Plagas pequeñas (o no tan pequeñas): algunas colmenas (especialmente las débiles) pueden invadirse con otros insectos, como hormigas o escarabajos de las colmenas. Incluso las incursiones persistentes de la vida silvestre (zorrillos, mapaches y osos, por ejemplo) pueden hacer que la vida de las abejas sea miserable.
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Ácaros y enfermedades: las colonias que están infestadas de ácaros o que han sucumbido a una enfermedad pueden rendirse y abandonar la ciudad. Tome medidas para prevenir estos problemas y medicar a sus abejas cuando la situación lo requiera.