La vieja pregunta es "¿Tratar o no tratar?" Se puede entrenar sin golosinas, pero no es muy divertido, y en una vida llena de responsabilidades diarias y estrés, también puede disfrutar el proceso de enseñanza y aprendizaje con su cachorro.
Una de las mejores herramientas para entrenar golosinas es una taza de golosinas, que es fácil de hacer y divertida de usar: busque un recipiente de plástico vacío, haga un pequeño agujero en la tapa y llénelo hasta la mitad con golosinas pequeñas o la comida de su cachorro. Agítelo y dele golosinas hasta que su cachorro asocie el sonido con una recompensa.
Agitar, tratar, agitar, tratar, agitar, tratar. . . pronto el sonido de la copa la hará correr. Luego, puede usar este sonido para resaltar los momentos positivos entre usted y su cachorro y para alentar la asociación feliz de su perro con palabras y personas importantes.
Cree múltiples tazas de golosinas y extiéndalas por todas partes: en cada habitación de la casa, en su automóvil y en la casa de la abuela. Nunca puedes tener demasiados vasos de golosinas. Sin embargo, recuerde ponerlos fuera del alcance de su cachorro para que no se exceda.
¿Tener hijos? Conviértalo en un proyecto familiar decorando sus vasos de golosinas con papel de construcción, marcadores y pegatinas.
Use su taza de golosina para moldear la cooperación feliz y dispuesta de su cachorro. Por ejemplo, si quieres que tu cachorro se siente pero está saltando, mantén la taza fuera de su alcance. Cuando finalmente se calme, felicítela y dele un premio.
Cada vez que un cachorro se lleva algo a la boca, ya sea algo de ella o algo que no debería masticar, busque la taza de golosina y agítela. Diga "Compartir" mientras se acerca a ella con calma e intercambia un bocadillo por el objeto que tiene en la boca. Dar una golosina no recompensa el mal comportamiento, recompensa la respuesta positiva de compartir y la anima a traerle lo que ha encontrado, sin destruir.
Gritarle a un cachorro cuando está haciendo algo mal solo crea tensión y estrés, lo que lleva a más mal comportamiento. Para colmo, tratar de hacer que suelte algo en la boca transmite una envidia apreciada y, a menudo, conduce a payasadas o, peor aún, agresión.