Cuando extrae miel, las tapas que corta representan su principal cosecha de cera para el año. Probablemente obtendrá una o dos libras de cera por cada 100 libras de miel que coseche. Esta cera se puede limpiar y fundir para todo tipo de usos. Libra por libra, la cera vale más que la miel, por lo que definitivamente vale la pena un poco de esfuerzo para reclamar este premio. A continuación se muestran algunas pautas:
Deje que la gravedad drene tanta miel de las tapas como sea posible.
Deje que las tapas se escurran durante unos días. El uso de un tanque de destapado doble simplifica enormemente este proceso.
Coloque las tapas escurridas en un balde de plástico de cinco galones y cúbralas con agua tibia (no caliente).
Con una paleta o con las manos, agite los recubrimientos en el agua para eliminar cualquier resto de miel. Escurre las tapas a través de un colador o un colador de miel y repite este proceso de lavado hasta que el agua salga clara.
Coloque las tapas lavadas a baño maría y derrita la cera.
Utilice siempre un baño maría para derretir la cera de abejas (nunca derrita la cera de abejas directamente sobre una llama abierta, porque es altamente inflamable). Y nunca, nunca dejes la cera derretida, ni siquiera por un momento. Si necesitas ir al baño, ¡apaga la estufa!
Cuela la cera de abejas derretida a través de un par de capas de gasa para eliminar los restos.
Vuelva a fundir y sujete según sea necesario para eliminar todas las impurezas de la cera.
La cera fundida se puede verter en un molde de bloque para su uso posterior.