Un suelo de buena calidad es esencial para el éxito de la parcela de adjudicación. Sin un suelo fértil y lleno de nutrientes, sus cuidadosos esfuerzos para coser, deshierbar y cuidar su jardín o parcela serán en vano. El suelo proporciona los alimentos, el agua y algo de aire que sus plantas necesitan para un crecimiento y desarrollo saludables, por lo que vale la pena dedicar tiempo a tratar de mejorar su calidad.
Tipos de suelo como medio de cultivo
El suelo se puede juzgar si es arenoso, limoso, arcilloso, franco o calcáreo. Cada uno de estos tiene sus propias características, que se pueden mejorar de diferentes formas. El suelo arenoso no retiene bien los nutrientes, por lo que debe mantenerse bien provisto de materia orgánica.
Los suelos limosos y francos se consideran muy buenos para el cultivo y necesitan menos trabajo. El suelo arcilloso es más problemático: puede carecer de aireación y de la buena estructura necesaria para crecer. La mejor solución es agregar mucha materia orgánica bien podrida en otoño.
El suelo calcáreo es el peor para el cultivo porque es naturalmente muy alcalino, lo que provoca deficiencias minerales. Una forma de corregir esto es agregar materia orgánica voluminosa para mejorar el contenido de nutrientes del suelo y la retención de agua.
niveles de pH de su suelo
La mayoría de las plantas prefieren un suelo neutro, pero algunas prefieren condiciones ligeramente ácidas o alcalinas. Antes de plantar, averigüe el nivel de pH de su suelo. Los kits de prueba están ampliamente disponibles en los centros de jardinería. Si es necesario, puede ajustar los niveles de pH ligeramente según el tipo de frutas y verduras que desee cultivar.
Agregue cal molida para hacer que su suelo sea más alcalino. Para hacer que su suelo sea más ácido, debe agregar sulfato de aluminio o azufre. Vale la pena tener en cuenta que no se pueden alterar permanentemente los niveles de pH del suelo; tales medidas solo tendrán un efecto temporal. Tu mejor apuesta es trabajar con el suelo que tienes, en la medida de lo posible.
Alimentando su suelo para un crecimiento exitoso
Piense en su suelo como un organismo que respira y necesita alimento y agua, al igual que una criatura viviente. Tres nutrientes principales (nitrógeno, fósforo y potasio) son esenciales para el crecimiento saludable de las plantas. Los fertilizantes orgánicos como el estiércol de caballo son ricos en estos. Sin embargo, deberá asegurarse de que también se agreguen oligoelementos (hierro, boro, cobre, manganeso, molibdeno, zinc).
Los organismos vivos son cruciales para un suelo sano y debes fomentar su desarrollo. La micorrización es un tipo de hongo que ayuda a las plantas a absorber más agua y nutrientes. Los tratamientos se pueden comprar en centros de jardinería y se incorporan en un hoyo o parcela de plantación.
Los gusanos son realmente los mejores amigos de un jardinero. Se alimentan de materia orgánica y luego la dispersan por el suelo. Son excelentes para acelerar el proceso de compostaje. También debes alentar a los bichos espeluznantes a pasar tiempo en tu parcela: pueden mantener a raya a las plagas y, por lo tanto, mantener el equilibrio dentro del gran círculo de la vida.
Tenga cuidado si recurre a aerosoles químicos para controlar las plagas, porque esto también matará a las buenas criaturas. Por lo general, es mejor adoptar un método orgánico de jardinería: los pesticidas y fertilizantes interfieren con el cuidadoso equilibrio de la naturaleza en el suelo.