Por menos de cinco centavos por toda la botella, puede hacer un limpiador eficiente para todas las superficies duras de su hogar que pueda resistir de manera segura la lejía sin riesgo de daño o decoloración. Aplíquelo sobre lavabos y baños (a menos que sean esmaltados), encimeras de cocina, baldosas de cerámica y plástico y cubos de basura de plástico.
Nunca, nunca use esta solución con un limpiador a base de amoníaco. La mezcla de lejía y amoníaco produce vapores tóxicos que pueden enviarlo al hospital o incluso resultar fatal. Siga estos pasos para hacer su brebaje:
Compra una botella rociadora de plástico grande y resistente.
Puede encontrar botellas de spray adecuadas en cualquier tienda de bricolaje o pruebe en una tienda de jardinería.
Llénalo con
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500 mililitros (ml) (1 pinta) de agua tibia
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Un chorro generoso de detergente líquido o una cucharadita de detergente en polvo sin lejía
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(El elemento a continuación es definitivamente un Y. Habría muy poco poder de limpieza sin lejía).
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30 ml (2 cucharadas) de lejía líquida; la lejía económica hecha de hipoclorito de sodio está bien.
Use el tubo rociador en la tapa para revolver la mezcla.
Puede rociar generosamente sobre la superficie dura que elija. Continúe enjuagando la superficie con un paño húmedo o una esponja. La mayoría de las superficies se pueden secar al aire, pero es necesario frotar el metal con un paño si desea obtener un buen brillo.
Los gérmenes se reproducen más rápidamente en ambientes húmedos. Entonces, si existe el riesgo de que la superficie no se seque en un tiempo razonable, límpiela con un paño limpio o una toalla de papel.
Una vez que la lejía se diluye, se descompone rápidamente (principalmente en sal y agua), por lo que debe usar esta solución en un día. Debido a que es tan económico, no hay problema. Cuando termines de limpiar, toma cualquier solución sobrante y ¡dale un gusto a un desagüe exterior!
La lejía puede dañar las telas y las superficies porosas. Siempre verifique que una superficie sea apta para lejía probándola en un lugar poco visible. Use un bastoncillo de algodón (hisopo de algodón) para humedecer el área más pequeña, luego déjelo secar al aire. Puede darse cuenta de que una superficie no es apta para blanqueadores si puede ver que un color se desvanece o si la superficie se ve picada o se siente áspera al tacto.
Algunas superficies en las que no puedes usar lejía incluyen:
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Esmalte: cuando el blanqueador se asienta sobre el esmalte que ya muestra desgaste, puede quitarle el brillo.
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Tejido tratado con acabados especiales: Puede provocar decoloración y quitar brillo al acabado.
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Cuero: Puede provocar decoloración.
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Mármol: Puede picar la superficie.
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Metal: no rocíe grifos cromados o chapados en oro. Pasar el tapón de drenaje de metal está bien, pero no deje que la solución se acumule en el desagüe; seque el tapón con un paño.
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Seda: Puede pudrir las fibras.
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Lana: Puede pudrir las fibras.
En caso de duda, utilice un limpiador suave, como lavavajillas diluido. Aún puede llenar esto en la botella rociadora, para una limpieza fácil y rápida.