Si sus abejas pululan y puede ver dónde aterrizaron, puede capturarlas y comenzar una nueva colmena. Incluso puede tener la suerte de recibir una llamada de un amigo o vecino que ha visto un enjambre salvaje en su jardín; Se suele llamar a los apicultores para que vengan a capturar enjambres. Puede introducir su enjambre en una nueva colmena de la siguiente manera:
Decide dónde quieres ubicar tu nueva colonia.
Configure una nueva colmena en esta ubicación.
Necesitará una tabla inferior, un cuerpo de colmena profundo, diez marcos y una base, una cubierta interior, una cubierta exterior y un alimentador de colmena (u otro medio para alimentar a las abejas con almíbar). Mantenga la entrada abierta de par en par (sin reductor de entrada).
Coloque una sábana frente a la nueva colmena, desde el suelo hasta la entrada de la colmena.
Esta rampa ayudará a las abejas a encontrar la entrada a su nuevo hogar. En lugar de una sábana, puede usar una tabla de madera o cualquier configuración que cree una tabla para las abejas.
Tome la caja que contiene el enjambre y agite o vierta las abejas sobre la sábana, lo más cerca posible de la entrada.
Algunas de las abejas comenzarán inmediatamente a abanicar un aroma de orientación en la entrada, y el resto entrará en la colmena.
El enjambre de abejas (ahora en su nuevo hogar) sacará panales rápidamente porque llegan cargadas de miel. Aliméntelos con almíbar usando el alimentador de colmena para estimular la producción de cera. Es posible que la alimentación no sea necesaria si los flujos de néctar son abundantes.
En una semana, revise la colmena y vea cómo están las abejas. ¿Ves huevos? Si lo hace, sabrá que la reina ya está trabajando. ¿Cuántos marcos de base se han elaborado en peine? ¡Cuantos más, mejor! ¿Es hora de agregar un segundo de profundidad?
Encontrar un enjambre y comenzar una nueva colonia suele ser más deseable al principio de la temporada que al final de la temporada. Eso es porque los enjambres tardíos no tienen mucho tiempo para crecer y prosperar antes de que llegue el invierno. Hay un viejo poema de origen desconocido que es bien conocido por los apicultores:
Un enjambre en mayo - vale una carga de heno.
Un enjambre en junio: vale una cuchara de plata.
Un enjambre en julio, no vale una mosca.