Solo unas pocas enfermedades realmente causan mucho daño a las plantas cultivadas en contenedores, y la mayoría de ellas se pueden prevenir o al menos reducir su gravedad con buenas prácticas culturales o plantando variedades resistentes. Si sabe que una determinada enfermedad es un problema en una planta en particular en su área, simplemente cultivar otra cosa es la solución más fácil.
Algunas prácticas culturales pueden ayudar a evitar enfermedades de las plantas:
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Elija plantas resistentes: si sabe que una determinada enfermedad es común en su área, elija plantas que la resistan. Las etiquetas de las plantas a menudo le dirán si una variedad es resistente a una enfermedad común. Por ejemplo, algunas variedades de rosas son muy susceptibles a la mancha negra, una enfermedad que provoca, curiosamente, manchas negras en el follaje. Otras variedades son muy resistentes a las infecciones.
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Elimina las plantas infectadas: tan pronto como notes una planta con un problema, dale un tirón. Incluso quitar las hojas infectadas ayuda a prevenir la propagación de una enfermedad.
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Evite mojar el follaje: la mayoría de las enfermedades de las plantas requieren humedad para propagarse. Evite el riego por encima de la cabeza y aplique agua al suelo, no al follaje. No manipule las plantas cuando las hojas estén mojadas. Si tiene que regar por encima de la cabeza, hágalo por la mañana para que las hojas se sequen rápidamente al sol, en lugar de permanecer húmedas toda la noche.
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Espaciar las plantas correctamente: plantar demasiado cerca reduce la circulación de aire entre las plantas, una condición que invita a las enfermedades. Coloque los recipientes para que el aire pueda circular entre ellos. Desafortunadamente, plantar juntas es a menudo la norma con macetas llenas de flores, así que tenga en cuenta que las enfermedades son más comunes en estas condiciones.
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Mantenga su jardín limpio y ordenado: muchas enfermedades se propagan en los desechos de las plantas, así que recoja las hojas caídas y elimine las plantas muertas. Mantenga limpios los espacios debajo de los contenedores.
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Proporcione drenaje: asegúrese de que sus macetas puedan drenar correctamente. Sabes que tus macetas deben tener agujeros en el fondo para que el agua pueda drenar. Pero los controles frecuentes también le permiten asegurarse de que las aberturas no estén obstruidas con raíces. Y si tiene un platillo debajo de sus macetas, asegúrese de drenarlo después de regar para que las plantas no se asienten en un suelo empapado; el suelo demasiado húmedo conduce a enfermedades de la pudrición de la raíz.
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Mantenga las herramientas limpias: Desinfecte las herramientas de poda con una solución de lejía al 10 por ciento (1 parte de lejía por 9 partes de agua) entre cortes para prevenir la propagación de enfermedades.
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Control de insectos: los insectos transmiten muchas enfermedades, incluida la infame enfermedad del olmo holandés, que se transmite por los escarabajos de la corteza del olmo.
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Cultive plantas saludables: dé a sus plantas la cantidad adecuada de luz y agua colocándolas en un lugar para el que se adapten bien. Por ejemplo, cuando las plantas amantes del sol se cultivan a la sombra, es más probable que se produzcan moho y otras enfermedades. Cuando las plantas obtienen exactamente lo que necesitan, hacen frente a las enfermedades mucho mejor.
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Evite el exceso de fertilizantes nitrogenados: Sí, desea que las plantas crezcan vigorosamente, pero no las sobrecargue con nitrógeno. Este nutriente hace que las plantas crezcan rápidamente, pero el crecimiento rápido es más débil y susceptible a enfermedades. Considere el uso de fertilizantes orgánicos o de liberación lenta para mantener un crecimiento saludable.
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Use una mezcla de tierra fresca: no replante en una mezcla de tierra usada, especialmente si está cultivando plantas que pueden ser susceptibles a enfermedades. Haga abono con lo viejo y vuelva a llenar con lo nuevo.