La biomasa es cualquier material orgánico. Convertir biomasa en energía sostenible es un proceso de carbono neutral porque, aunque quemar o procesar el material libera carbono, se puede plantar nuevo material orgánico para reemplazar lo que se consume, y ese nuevo material consume carbono. La biomasa puede ser árboles, astillas de madera, lodos de pulpa de las instalaciones de procesamiento de madera, cultivos agrícolas, abono animal e incluso desechos orgánicos.
La biomasa se puede utilizar de muchas formas diferentes; algunos de los ejemplos más comunes:
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Quemado para producir calor, vapor y electricidad para las comunidades.
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Procesado en gas, fuel oil sintético, metano, etanol, biodiésel o metanol, que luego se puede utilizar para impulsar vehículos y otra maquinaria, incluidos generadores.
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Se utiliza para crear productos que generalmente se elaboran a partir de productos derivados del petróleo, como ropa y plásticos.
La biomasa ya proporciona aproximadamente el tres por ciento de la energía utilizada en los Estados Unidos y tiene el potencial de proporcionar mucho más. Si se trata de desechos, tiene el beneficio adicional de convertir la basura en energía; si se trata de cultivos agrícolas, puede beneficiar económicamente a los agricultores. Sin embargo, los expertos advierten que el cultivo de cultivos específicamente para aplicaciones de biomasa podría terminar compitiendo con el espacio necesario para los cultivos alimentarios, por lo que las fuentes de biomasa agrícola deben considerarse y equilibrarse cuidadosamente. El uso de productos de desecho es la forma más ecológica de producción de biomasa.