Al evaluar las fuentes de energía, no se puede decir simplemente que la energía no renovable es mala y la renovable es buena. Cada fuente tiene sus pros y sus contras, lo que significa que este tema verde no es una opción en blanco y negro. Los temas de energía sostenible para reflexionar incluyen:
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Costo: no importa cuán beneficiosa sea una fuente de energía para el medio ambiente si cuesta tanto más que ya no es asequible. Sin embargo, si el costo adicional de la energía respetuosa con el medio ambiente es solo una pequeña cantidad y puede pagarlo, vale la pena pagarlo. Apoyar las iniciativas gubernamentales que financian la investigación y el desarrollo de tecnologías de energía alternativa es una forma de ayudar a reducir los costos.
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Practicidad: algunas fuentes de energía alternativas, como las pilas de combustible de hidrógeno, aún no están en el punto en que son prácticas para el uso diario. En otros casos, es posible que una fuente de energía no esté disponible en su área debido a limitaciones climáticas (la energía solar y eólica no son prácticas en todas las áreas geográficas, por ejemplo).
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Impacto ambiental: es importante ir más allá del tema de las emisiones de gases de efecto invernadero para evaluar todos los problemas ambientales involucrados en las fuentes de energía. La energía hidroeléctrica, por ejemplo, es ecológica en términos de emisiones de gases de efecto invernadero, pero puede crear otros problemas en términos de las inundaciones necesarias para los embalses y los desafíos que las represas plantean para los peces.
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Problemas del ciclo de vida: las fuentes de energía deben evaluarse desde el punto de vista del costo, la practicidad y el medio ambiente desde su construcción inicial, a través de su vida de producción de energía, hasta su eventual desmantelamiento y desmantelamiento. La energía nuclear, por ejemplo, se considera relativamente limpia en términos de emisiones de gases de efecto invernadero, pero la extracción de su combustible (uranio) y el tratamiento de sus desechos radiactivos son costosos, intensivos en energía y potencialmente dañinos para el medio ambiente.