Un componente clave de un paisaje sostenible es la conservación del agua. Idealmente, crear un paisaje que requiera muy poca o ninguna irrigación es la opción más sustentable y ciertamente posible. Utilice las siguientes prácticas de ahorro de agua al planificar su paisaje:
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Presta atención al diseño. Agrupe las plantas en hidrozonas (áreas que contienen plantas con necesidades de agua similares) para asegurarse de no desperdiciar agua.
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Elija plantas tolerantes a la sequía. Seleccione especies que sean apropiadas para el clima y que prosperarán solo con la lluvia o con muy poca irrigación suplementaria.
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Reduzca el tamaño de su césped. El césped es el gran chupador de agua de su paisaje. Intente reducir el tamaño de su césped a lo que realmente usa.
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Recolecta agua de lluvia. La mejor agua para su jardín cae del cielo, así que ¿por qué no recogerla? Incluso algo tan simple como cavar un canal para canalizar el agua de lluvia o conectar un barril de lluvia a su bajante puede ayudar a ahorrar agua.
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Regar de manera eficiente. El riego por goteo (un tipo de sistema de riego que aplica agua directa y lentamente al suelo) o el riego manual juicioso son las mejores formas de regar.
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Usa mantillo. El mantillo es una capa de materia orgánica, generalmente astillas de madera o corteza, que se coloca sobre la superficie del suelo. Conserva el agua al reducir la pérdida por evaporación de la superficie del suelo, mantener frescas las raíces de las plantas y reducir las malezas que compiten con las plantas deseables por el agua.
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Administre su paisaje teniendo en cuenta la conservación. Maneja tu jardín de manera inteligente. Mantenga las malas hierbas bajas. Rellene con mantillo según sea necesario para mantener una capa de 3 a 4 pulgadas de espesor. Revise su sistema de riego mensualmente para ver si funciona correctamente y luego haga las reparaciones necesarias tan pronto como pueda. Reprograme su controlador de riego según sea necesario para ajustarlo a las diferencias estacionales en el uso del agua.