Desde el cambio a la televisión digital, muchas personas han tenido que actualizar sus televisores. Desafortunadamente, la tecnología es bastante desalentadora. El primer problema son los nuevos televisores delgados y elegantes, que supondría que serían más respetuosos con el medio ambiente que esas viejas y voluminosas cajas del pasado. Después de todo, los lavavajillas, las lavadoras y los inodoros han mejorado drásticamente en los últimos 15 años.
No es el caso de los televisores. Tanto los modelos LCD como los de plasma pueden quemar mucha más electricidad que los modelos CRT gordos y achaparrados debido a la forma en que operan. Pero hay un par de razones más por las que: nos estamos volviendo más grandes, con áreas de pantalla de 40, 60, 70 pulgadas y más. Y absorben energía incluso cuando están apagados. Cualquier televisor, u otro dispositivo electrónico que incluye un reloj y está fabricado para encenderse rápidamente cuando se enciende, continúa consumiendo electricidad para mantener su funcionamiento interno listo.
Entonces, ¿la opción más ecológica? Conserve el conjunto antiguo y obtenga una caja de conversión. Sin embargo, si terminas reemplazando tu televisor, piensa en comprar uno con una pantalla de 32 pulgadas o menos. Y desconéctelo cuando no lo esté viendo. Y no envíe el viejo al vertedero, busque un nuevo hogar para él.
ENERGY STAR identifica modelos de TV que son al menos un 30 por ciento más eficientes en modo de espera y activo. Puede consultar el sitio web de ENERGY STAR para obtener esa lista.