Es imperativo cuando se trata de un perro dominante o agresivo que te conviertas en su líder, el perro alfa, en términos inequívocos. Utilice estas estrategias todos los días para recordarle a su perro que usted es el mejor perro de la casa.
Practique todos los días y pronto realizará estos procedimientos automáticamente:
- Siempre entre o salga primero cuando entre dentro o fuera. Cuando salga de la casa o abra la puerta del jardín o la puerta de su automóvil, insista en que su perro espere mientras usted entra primero. (De todos modos, es parte de su entrenamiento de obediencia). Eso le dice que el territorio te pertenece a ti, no a él. Este mismo principio se aplica también en interiores. Nunca pase por encima o alrededor de su perro cuando atraviese una puerta o pase por un pasillo. Ordene suavemente que se mueva.
- Coma sus comidas antes de alimentar a su perro. Tu perro no debe comer antes que tú. En la naturaleza, el perro alfa come primero, y los miembros menores de la manada lloriquean en el fondo esperando las sobras. Come tus propias comidas antes de alimentar a tu perro. Si las comidas de su perro están programadas en torno a sus propios horarios de desayuno y cena, asegúrese de alimentarlo después de haber comido. Ponla en un Down-Stay o en su jaula. La mentalidad canina de su perro captará el mensaje. (¡Por supuesto que no hay que mendigar en la mesa! Eso es también buenos modales en el fondo).
- Haz que se gane la comida. Pídele que se siente antes de ofrecerle su plato de comida. Lo mismo ocurre con sus galletas. Cuando le des golosinas, haz que obedezca alguna orden, siéntate, siéntate o habla, antes de que reciba un obsequio. La ventaja aquí es que también le está dando más oportunidades para tener éxito y demostrar lo que sabe, lo que fortalecerá su confianza y su liderazgo al mismo tiempo.
- No acaricie a su perro cuando le dé un codazo con la nariz o la pata (en lenguaje de perro, ordenándole que lo acaricie) o "solo porque lo ama". Al igual que con las golosinas, las caricias deben ganarse obedeciendo primero una orden. Dé una orden simple y luego acaríciela cuando responda. (Si no responde a su comando, ¡ahora tiene dos problemas en los que trabajar!)
- Cuando acaricie a su perro, gírelo y frótele la barriga. Esta es una postura sumisa que disfrutará. Este principio de caricias no es una regla “para siempre”, solo una que se debe implementar durante comportamientos problemáticos u ocasionalmente como un recordatorio de quién es el jefe.
- Nunca acaricie a un perro que gruñe ni continúe acariciando a un perro que gruñe pidiendo más.
- Implemente un Down-Stay de 30 minutos todos los días. Todos los perros deben dominar el comando Abajo. Es una de sus herramientas de capacitación más importantes (y convenientes).
- Dar un comando solo una vez. Cuando dé una orden, dígala con firmeza sólo una vez y dígala en serio. Si no responde, ayúdelo a realizar el comportamiento, pero no repita la orden. Como seguro, nunca dé una orden que no esté preparado para reforzar, y nunca dé una si cree que ella no lo hará o no puede cumplir. Los prepara a ambos para el fracaso. Si está observando un incumplimiento crónico, ya sabe en qué tiene que trabajar.
Lo crea o no, su perro se sentirá más seguro sin esas sutiles luchas de poder y estará más feliz de saber que usted es el jefe.