Como padre, probablemente se haya sentido confundido y frustrado cuando su bebé eructe y escupe leche y comida constantemente. Inicialmente, el bebé solo eructará un par de veces, pero luego, la frecuencia de los eructos aumentará, incluso eructará cada vez.
La mayoría de los bebés que eructan están muy bien desarrollados y no tienen ninguna dificultad para respirar. Si su bebé está experimentando la situación anterior, no necesita preocuparse demasiado y no necesita buscar tratamiento médico de inmediato. Pero cuando el bebé tenga otros signos especiales, no sea subjetivo, ¡llévelo al médico!
¿Por qué eructa el bebé?
Cuando su bebé traga leche, la leche regresa a la parte posterior de la garganta y baja por un tubo muscular llamado esófago antes de llegar al estómago. Hay un anillo muscular que conecta el estómago y el esófago llamado esfínter esofágico inferior. Cuando ese anillo muscular se abre, la leche fluye hacia el estómago y luego el anillo muscular se cierra. Si el anillo muscular no se cierra lo suficientemente fuerte, la leche fluirá hacia arriba, también conocido como reflujo, lo que hará que el bebé vomite.
Los bebés son propensos al reflujo porque sus estómagos son pequeños, del tamaño de un puño o una pelota de golf, lo que facilita su llenado. Además, el esfínter esofágico inferior no ha madurado lo suficiente para funcionar tan bien como en los adultos. Los bebés tardan entre 4 y 5 meses en deshacerse del reflujo.
Cuando su bebé comienza a comer alimentos más duros, el reflujo se vuelve cada vez más frecuente. ¡Pero no equipare el reflujo con el vómito! El reflujo generalmente ocurre cuando un bebé eructa.
En ese momento, los padres deben tener en cuenta lo siguiente para prevenir el reflujo en el bebé.
Alimente al bebé en la posición correcta;
Alimente a su bebé en cantidades más pequeñas y, con más frecuencia, eructe cada 3-5 minutos;
Evite presionar el vientre del bebé cuando lo acarició;
Evite mover mucho a su bebé durante y después de las comidas.
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El vómito consiste en expulsar la comida del estómago o los intestinos que requiere más fuerza y causa más dolor que el reflujo. Los vómitos pueden deshidratar a su bebé, por lo que cada vez que su bebé muestre signos de vómitos, debe verificar si está deshidratado.
Métodos para ayudar a reducir los síntomas de los vómitos:
Dele a su bebé agua, bebidas deportivas o caldos, evite jugos y refrescos;
La alimentación depende de lo bien que coma su bebé, pero solo de alimentos fáciles de digerir y blandos, como galletas o pan simple. Si su bebé vomita mucho y durante mucho tiempo, necesita encontrar verduras y proteínas que sean fáciles de digerir para asegurar la nutrición de su bebé;
Evite la indigestión de los alimentos fritos;
Evite los dulces;
Evite darle a su bebé comidas pequeñas y lentas durante el día;
Después de comer, deje que su bebé descanse y recuéstese sobre su cabeza un poco más alto que su cuerpo.
Pasos para ayudar a los padres a realizar un seguimiento del estado de su bebé cuando está vomitando:
Si su bebé muestra signos de deshidratación como labios secos, llanto sin lágrimas, pañales secos, orina oscura, embotamiento, debe llevarlo inmediatamente al médico;
Si su bebé no vomita de 3 a 4 horas después, debe darle agua de rehidratación;
Aproximadamente 8 horas después, si su bebé ya no vomita, puede amamantar y complementar la fórmula si es necesario;
Para los bebés mayores que pueden comer sólidos, aliméntelos como de costumbre y coma despacio, evitando los alimentos picantes y fritos;
Después de 24 horas, cuando su bebé ya no vomite, puede alimentar a su bebé como de costumbre.
Estos sencillos pasos anteriores pueden ayudar a que su bebé se sienta mejor y no necesite un médico. Sin embargo, si los padres notan que su bebé tiene alguno de los siguientes signos de peligro, llévelo al hospital de inmediato:
Vómitos a menudo;
Vómitos
Vómitos de más de 1 o 2 cucharadas de leche;
Secreción de una secreción marrón, roja o verde;
Sin aumento de peso;
Los pañales están más secos de lo habitual;
Agotado y cansado;
Fiebre superior a 39oC;
Vómitos de sangre o heces con sangre;
Vómitos o llantos sin lágrimas.
Diarrea más de 1 vez al día.
A través de este artículo, aFamilyToday Health espera que los padres comprendan mejor los vómitos o eructos del bebé, para que sea fácil de cuidar y llevar al bebé al médico cuando sea necesario.