Las semillas de linaza son excelentes semillas para agregar a su dieta: son muy ricas en los importantes omega-3 que todos necesitan más y la chía a menudo se compara con la linaza porque tiene cantidades similares de omega 3 y algunos otros nutrientes. Pero la chía tiene la ventaja. Este es el por qué:
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La chía está llena de antioxidantes, mientras que el lino solo tiene trazas de antioxidantes.
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La chía supera al lino en términos de fibra, calcio y selenio. El lino vence a la chía en términos de magnesio y potasio.
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La chía tiene menos grasa y menos calorías que la linaza.
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La chía es hidrófila y el lino no.
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La chía es biodisponible y el lino no. No es necesario moler las semillas de chía; su cuerpo es capaz de digerir su cáscara blanda y absorber los nutrientes. La linaza tiene una cáscara dura e indigerible y debe triturarse antes de comerla para que su cuerpo pueda absorber los nutrientes.
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La chía tiene una vida útil más larga que el lino. La vida útil de la chía es de hasta cinco años después de su cosecha. La linaza tiene una vida útil de un máximo de dos años después de su recolección, pero generalmente la linaza se muele para liberar sus nutrientes, y las semillas de linaza molidas generalmente duran alrededor de 6 a 16 semanas si se almacenan correctamente.
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La chía prácticamente no tiene sabor, lo que significa que puede agregarla a una variedad de alimentos y recetas para mejorar el perfil de nutrientes. El lino tiene un sabor distintivo que a algunas personas simplemente no les gusta y, debido a que tiene un sabor, no se puede agregar a otras recetas sin alterar el sabor.
Con todo, la chía es la ganadora indiscutible cuando se trata de aportar un toque nutricional. ¡No es de extrañar que la pequeña semilla esté reemplazando a la linaza en la dieta de muchas personas!