La evidencia de que los aztecas usaban chía aparece en códices escritos hace 500 años. Los códices eran documentos escritos en náhuatl, el idioma nativo de los aztecas, así como en español. Muchos de ellos describieron la vida en ese momento y en ellos; puede ver evidencia de por qué se usó la chía.
La chía fue uno de los cuatro cultivos principales de las culturas aztecas. Los otros tres fueron amaranto, maíz (maíz) y frijoles. Estos cuatro cultivos sirvieron de base para la dieta diaria de los aztecas. Las semillas de chía se consumían solas, se mezclaban con otros granos, se molían en harina, se usaban en bebidas y se prensaban para obtener aceite que se usaba como pinturas para el cuerpo y la cara.
Otro uso de la chía fue en ceremonias religiosas. Los aztecas pensaban tanto en la chía que ofrecieron las semillas a sus dioses como adoración. También se pagaron como tributo a los gobernantes aztecas de las naciones conquistadas. Un códice describe cómo se pagaron 4,410 toneladas de chía anualmente al Imperio Azteca.
La chía era valorada por las culturas aztecas por la fuerza, la resistencia y la resistencia que proporcionaba a su gente. ¡Se decía que una cucharada de chía sostenía a los guerreros aztecas durante un día entero!
Las semillas también se usaron como medicina y se recetaron para heridas, dolor en las articulaciones, dolor de garganta y dolor en los ojos. Aunque los aztecas no tenían el conocimiento científico que tenemos hoy, sabían que las semillas eran muy nutritivas. Valoraron la chía como un cultivo de enorme importancia que podría utilizarse para muchos propósitos.