La mayoría de las frutas frescas son bastante perecederas y requieren refrigeración. Puede dejar algunas frutas para que maduren, pero cuando están maduras, duran más en el refrigerador. Aquí hay algunas sugerencias sobre cómo almacenar frutas frescas:
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Manzanas: Refrigere o almacene en un lugar fresco y oscuro. Conservar durante varias semanas.
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Aguacates, papayas, kiwis y mangos: manténgalos a temperatura ambiente hasta que estén completamente maduros y luego refrigérelos para conservarlos durante varios días más.
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Plátanos: Refrigere para ralentizar su maduración. Su piel continúa oscureciéndose, pero no su carne.
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Cerezas y bayas: Consérvese refrigerado. Para obtener el mejor sabor, consúmelos el mismo día que los compra.
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Frutas cítricas (como limones, limas, toronjas, naranjas): las frutas cítricas, que no maduran más después de ser recolectadas y son frutas de almacenamiento relativamente largo, se mantienen hasta tres semanas en el refrigerador.
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Uvas: Consérvese en el frigorífico hasta por una semana.
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Melones y frutos de árbol (como peras, melocotones y nectarinas): manténgalos a temperatura ambiente para que maduren y se vuelvan más dulces. Una vez que estén completamente maduros, puede guardarlos en el refrigerador durante varios días más.
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Piña: no madura después de ser recolectada; mejor si se consume unos días después de la compra. Consérvese a temperatura ambiente, alejado del calor y del sol, o refrigérelo entero o cortado (como se muestra en esta figura).
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Tomates: (¡Sí, técnicamente es una fruta!) Guárdelos a temperatura ambiente para darle más sabor. Consérvese en un lugar fresco y oscuro o en una bolsa de papel para que maduren por completo. Refrigerelos después de que maduren para evitar que se echen a perder.