Una dieta de bajo índice glucémico ayuda a regular los niveles de insulina y glucosa en sangre que se vuelven inestables debido a una condición de salud o al consumo de una cantidad excesiva de calorías de carbohidratos. Cada vez que consume alimentos que contienen carbohidratos, su cuerpo descompone naturalmente esos carbohidratos en glucosa en sangre (azúcar en sangre), liberando insulina en el proceso.
La insulina actúa como una llave que abre las puertas de sus células para permitir que la glucosa en sangre ingrese y proporcione energía a sus células.

Aunque la insulina transporta la glucosa en sangre a las células, su cuerpo no convierte toda esa glucosa en energía a la vez. Cuando los niveles de glucosa en sangre se elevan por encima de lo normal, la insulina le indica al hígado, los músculos y otras células que almacenen el exceso. Parte de este exceso de glucosa en sangre se almacena en los músculos y el hígado como glucógeno, y una parte se convierte en grasa corporal.
Independientemente de si se gasta o almacena la glucosa en sangre, la afluencia de glucosa en sangre en su sangre puede crear picos y caídas según lo que coma. Este proceso conduce a antojos de alimentos, mal humor y fatiga, todo lo cual puede dificultar la pérdida de peso.
Los alimentos de bajo índice glucémico juegan un papel importante en mantener bajos los niveles de glucosa en sangre. Su cuerpo convierte estos alimentos en glucosa en sangre más lentamente y durante un período de tiempo más largo. Eso significa que su cuerpo necesita menos insulina para llevar la energía a sus células, por lo que su páncreas no tiene que trabajar demasiado. También significa que hay menos insulina en exceso como almacenamiento de grasa.
Los alimentos con alto índice glucémico, por otro lado, se convierten en glucosa en sangre muy rápidamente, lo que provoca una avalancha de glucosa en sangre en el cuerpo en grandes cantidades. ¿El resultado? Se siente satisfecho y revivido durante unos 30 minutos después de un refrigerio de alto índice glucémico, pero después de esos 30 minutos, comienza a sentirse fatigado y hambriento nuevamente. Comer más alimentos de bajo índice glucémico ayuda a reducir la fatiga y el hambre y previene los niveles altos de azúcar en sangre crónicos.
¿Qué pasa con los niveles de azúcar en sangre elevados crónicamente? Con el tiempo, demasiada azúcar en la sangre durante demasiado tiempo puede dañar los vasos sanguíneos y los nervios, provocando enfermedades renales, ceguera, daño a los nervios, enfermedades cardíacas y problemas en los pies.