Tu corazón es un órgano extraordinario. En su estado natural y saludable, late fuerte y constante, entregando sangre recién oxigenada desde su corazón a través de sus arterias a todos sus órganos vitales. Una vez que la sangre se agota de su oxígeno vital, se recicla a través de las venas, se transfiere de nuevo al corazón y se envía a los pulmones para ser reabastecido con oxígeno.
Este ciclo ocurre segundo tras segundo, día tras día, año tras año.
Para ayudarlo a obtener una mejor imagen mental (y comprensión) de su corazón como el órgano extremadamente complicado pero compacto que es, piense en él como lo hacen los cardiólogos: como si constara de bombas, tuberías y cableado eléctrico.
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Bombas: las bombas están formadas por los ventrículos izquierdo y derecho, así como por las aurículas izquierda y derecha más pequeñas. El ventrículo izquierdo es lo que impulsa la sangre a través de la aorta (una arteria muscular que se asemeja a una manguera de jardín), a través de una intrincada red de arterias y luego a todo el cuerpo.
Las venas (menos musculares que las arterias) transportan la sangre de regreso al corazón y finalmente la devuelven a la aurícula derecha a través de las venas cavas superior e inferior. Desde la aurícula derecha, la sangre se libera rítmicamente hacia el ventrículo derecho, que la envía de regreso a los pulmones.
Desde los pulmones, la sangre ingresa a la aurícula izquierda en su camino de regreso al ventrículo izquierdo y el ciclo comienza de nuevo. El debilitamiento o rigidez de la bomba puede causar insuficiencia cardíaca congestiva.
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Tuberías: Las tuberías son tus arterias coronarias. Estos vasos sanguíneos pequeños pero muy importantes extraen parte de la sangre de la aorta para alimentar el músculo cardíaco. Un bloqueo en una de estas arterias provocará un ataque cardíaco.
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Cableado: El cableado es lo que mantiene su corazón latiendo al ritmo. Tu corazón está lleno de tejido eléctrico. Aunque la electricidad generalmente fluye de manera ordenada, a veces el cableado se vuelve viejo y desgastado, y ese deterioro puede hacer que el corazón se ralentice o lata de manera errática.
En otras ocasiones, es posible que tenga un cortocircuito o un parche rebelde de tejido eléctrico que se dispara fuera de tiempo con el resto del corazón, lo que hace que su ritmo se vuelva loco.
Crédito: Ilustración de Kathryn Born
Los problemas con una parte del corazón pueden afectar sus otras funciones. Por ejemplo, un ataque cardíaco puede dañar el cableado y la bomba. La hipertensión puede hacer que la bomba se debilite o se ponga rígida, lo que a su vez puede provocar problemas eléctricos. Pero incluso cuando el corazón se daña o trabaja en exceso, hace todo lo posible para seguir funcionando.