El sistema de radiofrecuencia Stretta, aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en 2000 para el tratamiento de la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), utiliza energía de radiofrecuencia (RF) para aumentar la contracción del colágeno en el esfínter y disminuir la sensibilidad del nervio al ácido en el extremo inferior del esófago. Es como cocinar la parte inferior del esófago y el esfínter esofágico a través de microondas.
El gastroenterólogo realiza una endoscopia superior (técnicamente llamada esofagogastroduodenoscopia o EGD) y mide la distancia desde los dientes de la persona hasta la unión del esófago y el estómago. Luego, el gastroenterólogo retira el endoscopio e inserta el catéter de RF.
Este complicado catéter es un tubo delgado de 4 pies de largo que tiene un globo inflable en el extremo. Cuatro catéteres delgados adicionales recorren los lados del catéter central y terminan junto al globo. Los tubos periféricos tienen agujas cortas retráctiles.
El globo se infla para presionar los tubos de las agujas contra el revestimiento del esófago, se hacen avanzar las agujas y luego el gastroenterólogo “cuece” el esófago en esas áreas utilizando RF a través de las agujas durante aproximadamente un minuto. Las agujas se retraen, el globo se desinfla y el catéter se reposiciona a un nivel diferente en el esófago. Por lo general, un paciente recibe aproximadamente 60 zaps en total durante aproximadamente 30 minutos.
El procedimiento Stretta tiene una larga trayectoria. Los datos de diez años, publicados en 2013, fueron buenos, pero no perfectos. De los 99 participantes del estudio con ERGE refractaria a los que se les dio seguimiento durante diez años, el 41 por ciento ya no requirió los medicamentos que estaban tomando antes de Stretta. Eso significa que el 59 por ciento todavía tomaba medicamentos.
Stretta no está libre de complicaciones, pero es bastante seguro. Se han informado complicaciones graves, como perforación esofágica y neumonía por aspiración, pero las complicaciones fueron principalmente modestas en más de 1400 pacientes que participaron en 20 estudios. Las complicaciones más comunes fueron dolor abdominal superior temporal en el 66 por ciento de los pacientes, dolor de pecho en el 15 por ciento, úlceras en el esófago en el 4 por ciento y dificultad o dolor para tragar en el 3 por ciento.