Es muy probable que el concepto estadounidense de comida italiana esté teñido por la americanización de la comida italiana. Sin embargo, cuando comes italiano en Estados Unidos, lo que debes controlar son los carbohidratos y las grasas.
Los carbohidratos a menudo provienen del pan y la pasta, y es posible que el pan ya lo esté esperando antes de sentarse. El pan en un restaurante italiano es exactamente como los chips de tortilla en un establecimiento mexicano: una excelente oportunidad para comerse dos o tres opciones de carbohidratos antes de que se dé cuenta de lo que está haciendo.
Una copa o dos de vino pueden agregar calorías adicionales y otra opción de carbohidratos a su cuenta corriente.
La pasta es un alimento denso en carbohidratos, con una opción de carbohidratos proveniente de una porción de 1/3 de taza. Y, al igual que el cubo de arroz para llevar asiático, la mayoría de los restaurantes italianos incluyen pasta en una porción inconmensurable que podría llamarse pila. Un montón de pasta no es compatible con un control eficaz de la glucosa en sangre.
Por último, los restaurantes italianos suelen ofrecer salsas cremosas como Alfredo, elaboradas con mantequilla y queso, y con un contenido extremadamente alto de grasas. Además, la comida italiana es conocida por su variedad de embutidos: prosciutto, mortadela, panceta, soppressata y más. Estas carnes se curan con sal y, a menudo, también tienen un alto contenido de grasas saturadas. Estos deben evitarse o comerse con extrema moderación.
Como cualquier cocina étnica, la comida italiana también ofrece selecciones saludables para el manejo de la diabetes. Los platos de pescado y verduras cocidos ligeramente en aceite de oliva son maravillosos; los tomates juegan un papel destacado en muchos platos italianos. Si va a comer fuera, consulte la información nutricional antes de ir. Y, si está preparando comida italiana en casa, busque recetas bajas en grasas, bajas en sodio y con un contenido de carbohidratos que se adapte a su plan de comidas.
El mismo consejo se aplica a todas sus aventuras gastronómicas. Cada cultura tiene su parte de alimentos y sabores que encajarán perfectamente en su plan de alimentación. Depende de usted encontrar los que encajen. Buen provecho.