La dieta Atkins, seguramente el plan de pérdida de peso bajo en carbohidratos más conocido, se basa en la teoría de que el exceso de peso está relacionado principalmente con el exceso de carbohidratos. Y este plan de alimentación puede resultar atractivo para las personas con diabetes porque el enfoque constante en los carbohidratos en los planes de control de la diabetes podría interpretarse para confirmar la noción de que los carbohidratos son inherentemente malos.
El plan Atkins, u otra dieta baja en carbohidratos, tiene como objetivo hacer que su cuerpo queme grasa como alternativa a la glucosa, y como estrategia de pérdida de peso, estas dietas son efectivas. La popularidad del plan Atkins se disparó en 2003, con casi el 10 por ciento de los estadounidenses regodeándose con la dieta que requería el consumo de tocino y bistec.
Las ventas de alimentos con carbohidratos como el arroz y la pasta se desplomaron, y los fabricantes de alimentos comenzaron a comercializar versiones bajas en carbohidratos de sus productos estándar. La muerte del Dr. Robert Atkins a causa de una caída en 2003, seguida de los resultados de la autopsia que sugerían una enfermedad cardíaca y presión arterial alta, marcó el comienzo del fin de este frenesí.
Las controversias de salud a largo plazo que rodean este enfoque para la pérdida de peso aún no se han resuelto, y algunas de las preocupaciones se relacionan con la diabetes. A algunos médicos, por ejemplo, les preocupa que un alto consumo de proteínas a largo plazo eventualmente afecte la función renal, y la pérdida de masa ósea es otra preocupación común.
En la práctica, la gran celebración por comer todos los alimentos que otros planes de dieta buscan minimizar a menudo da paso al deseo de los carbohidratos (y tal vez otros nutrientes) que te has estado perdiendo. Esta dieta no suele ser sostenible.
El metanálisis incluyó dietas descritas como bajas en carbohidratos y dietas descritas como altas en proteínas. Si bien el grado de restricción de carbohidratos no siempre se ajustaba a los estándares de Atkins, ese análisis encontró que ni una dieta baja en carbohidratos ni alta en proteínas reducía la A1C tanto como el plan mediterráneo.
Las dietas extremadamente bajas en carbohidratos pueden ser divertidas y efectivas como una opción de pérdida de peso para personas sanas a corto plazo, pero agregar diabetes a la mezcla es motivo de preocupación. Teniendo en cuenta que se ha demostrado que otros enfoques dietéticos controlan eficazmente la diabetes y los problemas de salud asociados, las dietas bajas en carbohidratos necesitan más investigación para justificar el respaldo de las personas con diabetes.