Cuándo come puede ser tan importante como cuánto come. Comer justo antes de acostarse en el sofá o irse a la cama puede convertir rápidamente una comida deliciosa en un catalizador del sufrimiento.
Acostarse justo después de una comida hace que el estómago se vacíe más lentamente y aumenta las probabilidades de que experimente síntomas de reflujo. Siempre espere al menos dos horas para que su comida salga de su estómago antes de acostarse. Esto significa evitar la tentación de los refrigerios nocturnos. Ponerse de pie y moverse suavemente durante unos 30 minutos después de una comida también puede reducir sus posibilidades de experimentar síntomas de reflujo.
Un diario de reflujo puede ser una herramienta valiosa. Un diario honesto y detallado puede ayudarlo a usted y a su médico a evaluar las causas y la gravedad de su reflujo. Asegúrese de anotar
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Cuando y que comes
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Cuando y que ejercicios haces
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Cuándo y qué medicamentos y suplementos toma
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Cuando experimente dolor u otros síntomas de reflujo.
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Una descripción del dolor o los síntomas.
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Cualquier cosa que haga que reduzca esos síntomas