Algunas personas evitan los lácteos debido a un fuerte sentido de la ética y la compasión por los animales. Si alguna vez has compartido tu vida con un perro o un gato, o incluso con una rata, sabes que los animales tienen sentimientos. Expresan entusiasmo, felicidad, miedo e ira. No hay duda del significado de un movimiento de la cola y un empujón de la nariz, o un grito, maullido o chillido de emoción cuando se ofrece una golosina o se prepara un plato para la cena.
Incluso si no comparte su hogar con una vaca, no es difícil imaginar que, al igual que otros mamíferos que conoce y ama, las vacas también tienen sentimientos. Es posible que no se parezcan a sus perros, gatos o ratas, pero sienten placer y dolor de todos modos.
Dado el hecho de que los animales tienen sentimientos, muchas personas no pueden evitar sentirse molestas por lo desagradable que es para las vacas lecheras vivir su vida confinadas en granjas industriales. Permanecen allí hasta que ya no sirven. En ese momento, son enviados al matadero donde sus vidas terminan violentamente. Incluso los animales criados en pequeñas granjas familiares donde tienen acceso a más espacio pueden terminar violentamente con sus vidas.
Muchas personas que prefieren los productos lácteos lo hacen como parte de una postura ética. Creen que es inmoral explotar a los animales para obtener alimentos que no necesitan. No quieren apoyar el tratamiento que reciben los animales en las granjas industriales, ni en ninguna granja, para el caso. Tampoco quieren beber leche y comer otros productos lácteos porque, al hacerlo, apoyan indirectamente a la industria cárnica, incluido el trato inhumano de los terneros machos en el comercio de carne de ternera.
Otra consideración ética se refiere a los vínculos entre la industria láctea y la salud del planeta. Algunas personas sin lácteos evitan los productos lácteos como una forma de hacer una contribución individual a la preservación del medio ambiente y la calidad del suelo, el agua y el aire del planeta. La producción y distribución de carne y productos lácteos afectan el medio ambiente a través de la deforestación, las emisiones nocivas y el uso intensivo de recursos como el petróleo.
Debido a estos efectos, algunas personas eligen sus alimentos no solo por su valor nutricional sino también por su puntaje ambiental. Por supuesto, dejar de consumir lácteos obtendría una puntuación ambiental baja (favorable) (y también puede ofrecer ventajas para la salud).