Esta receta se elabora en España, Portugal, Francia, Italia y, naturalmente, Grecia. Aunque cada cocinero casero tiene su propia versión favorita, la que sigue ofrece los mejores resultados. No se apague por el largo tiempo de cocción. No te parecerá tan largo si cocinas el membrillo mientras haces alguna otra tarea de cocina.
Las hojas de laurel que cubren el membrillo al final de la receta le dan un sabor intrigante.

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Herramienta especial: Molino de alimentos
Tiempo de preparación: 20 minutos.
Tiempo de cocción: 1 hora.
Rendimiento: Aproximadamente 40 piezas
2-1⁄2 libras de membrillo
1⁄2 taza de jugo de limón recién exprimido
2-1⁄4 tazas de azúcar granulada
3 hojas de laurel secas
Quita el corazón de los membrillos pero no los peles. Cortar en trozos y colocar en una cacerola de 3 cuartos. Agrega el jugo de limón y el agua suficiente para cubrir los membrillos.
Llevar a ebullición a fuego alto. Baje el fuego y cocine a fuego lento, tapado, de 30 a 40 minutos, o hasta que esté muy suave.
Con una espumadera, retire los membrillos cocidos a un molinillo de alimentos. Deseche el líquido de cocción o utilícelo para hacer membrillo. Procese la pulpa de la fruta en la cacerola. Deseche la cáscara.
Agrega el azúcar y revuelve bien. Llevar a ebullición a fuego medio, revolviendo constantemente.
Baje el fuego a fuego lento y continúe cocinando, revolviendo constantemente hasta que la mezcla se espese a una consistencia similar a la avena y comience a desprenderse de los lados de la olla.
(Este paso puede tomar aproximadamente de 20 a 25 minutos). La mezcla está lista cuando una cucharada al revés no se cae de la cuchara.
Forre un molde para pan de 4 tazas con una hoja de papel encerado. Vierta el membrillo en la sartén y extiéndalo uniformemente con una espátula. Deje reposar, sin tapar, durante 3 horas o toda la noche.
Cuando esté solidificado, voltee la sartén y retire el membrillo. Almacene en un recipiente herméticamente cerrado con 3 hojas de laurel secas.
Para servir el membrillo, córtelo en trozos de aproximadamente 1⁄2 pulgada de grosor. Cortar en cuadritos y enrollar en azúcar granulada.
Usa el agua sobrante de cocinar el membrillo para hacer jalea de membrillo. Para ello, vierta el líquido a través de un colador de malla fina en una cacerola pequeña. Llevar a ebullición a fuego alto y reducir a la mitad. Mida para ver cuánto líquido tiene. Regrese el líquido a la olla con la misma cantidad de azúcar.
Llevar a ebullición a fuego alto. Baje a fuego lento y cocine hasta que esté almibarado. Pruebe para ver si se hace goteando una pequeña cantidad en un platillo. Si el líquido se endurece rápidamente, como gelatina, retírelo del fuego; si no cuaja rápidamente, cocine por más tiempo. Cuando esté listo, vierta en un frasco de vidrio del tamaño adecuado y deje enfriar a temperatura ambiente.