La sensibilidad al gluten es una sensibilidad física al gluten. La condición no es fácil de definir, porque estas sensibilidades se presentan en una variedad de formas. Piense en las sensibilidades al gluten como si estuvieran en algún lugar de un espectro, que va desde la alergia a la enfermedad.
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Alergia: en realidad, no existe la alergia al gluten, pero puede tener alergias a las cosas que contienen gluten: trigo, centeno y cebada. De hecho, el trigo es uno de los alérgenos más comunes.
Estas alergias son como otras alergias alimentarias típicas, lo mismo que una alergia a las fresas o los mariscos, por ejemplo. Todas son respuestas a un alérgeno alimentario, y la reacción que alguien tiene a esos alimentos varía de persona a persona y de un alimento a otro.
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Sensibilidad e intolerancia al gluten: a menudo se usan indistintamente, los términos sensibilidad e intolerancia básicamente significan que su cuerpo no reacciona bien a un alimento en particular y debe evitarlo. Las personas que se encuentran en este rango tienen una respuesta al gluten muy similar a la respuesta celíaca y, de hecho, pueden tener enfermedad celíaca, tal vez. Aquí es donde las cosas se ponen confusas:
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Algunas personas diagnosticadas con sensibilidad al gluten en realidad tienen enfermedad celíaca, pero sus pruebas se realizaron de manera incorrecta o fueron insuficientes para arrojar resultados concluyentes.
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Es posible que algunas personas no tengan la enfermedad celíaca, todavía, pero si continúan comiendo gluten, pueden desarrollarla.
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Algunas personas pueden no tener la enfermedad celíaca y es posible que nunca la padezcan. Pero tienen sensibilidad al gluten y su salud mejora con una dieta libre de gluten.
Si el resultado de la prueba de la enfermedad celíaca es negativo, pero sus síntomas desaparecen con una dieta sin gluten, probablemente tenga algún tipo de sensibilidad al gluten. (O puede tener enfermedad celíaca, con un resultado de prueba falso negativo).
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Enfermedad celíaca: la enfermedad celíaca es una intolerancia genética común (aunque a menudo mal diagnosticada) al gluten. Activado por comer gluten, el sistema inmunológico responde atacando la molécula de gluten y, al hacerlo, también ataca las células de su cuerpo. Esta respuesta autoinmune da como resultado daños en el intestino delgado, lo que puede provocar una mala absorción de nutrientes.