Las personas dejan de consumir productos lácteos en sus dietas por diferentes motivos, entre los que se incluyen la salud personal y las preocupaciones ambientales. Decidir no consumir lácteos puede ser el resultado de una o más de estas consideraciones:
-
No pueden digerir la leche de vaca. La mayoría de los adultos del mundo no pueden digerir completamente la leche de vaca. Algunos tienen tanta dificultad para digerir la leche que desarrollan síntomas desagradables, como gases, distensión abdominal, calambres abdominales y diarrea, cuando beben leche o consumen otros productos lácteos.
-
Quieren apoyar la salud del planeta. La ganadería, incluida la producción y distribución de leche y otros productos lácteos, afecta la tierra. Contribuye a la contaminación del aire y del agua y al calentamiento global. También requiere grandes cantidades de combustibles fósiles y suministros de agua dulce, y juega un papel en el uso excesivo de antibióticos.
-
Tienen compasión por los animales y las personas. Los métodos modernos de producción lechera plantean preocupaciones éticas sobre la forma en que se trata a los animales en las granjas industriales. La industria láctea está asociada con la industria cárnica, donde las vacas lecheras jubiladas se unen a los animales criados por su carne. Los animales se procesan en mataderos donde los animales son tratados de manera inhumana y las condiciones son peligrosas para los trabajadores.
-
Simplemente no les gusta el sabor de la leche. Es posible que no encuentren el sabor o la textura atractivos, o pueden desanimarse ante la idea de beber secreciones mamarias de las vacas.
-
Quieren cuidar mejor su salud. Aunque los productos lácteos tienen algunos beneficios, es posible que le gusten demasiado los lácteos. Puede ser perjudicial para su salud en las cantidades que los estadounidenses suelen consumir.
La leche carece de fibra dietética y tiene un alto contenido de grasas saturadas que obstruyen las arterias. Cuando bebe leche o come productos lácteos con regularidad, corre el riesgo de eliminar de su dieta los alimentos que necesita en mayores cantidades, como verduras, frutas y cereales integrales. También aumenta sus niveles de colesterol en sangre y aumenta su riesgo de enfermedad de las arterias coronarias, que puede provocar un ataque cardíaco o un derrame cerebral.