Si por alguna razón usted o un miembro de su familia tiene síntomas que cree que se deben al gluten, no se comprometa ni a usted ni a un miembro de su familia con una dieta sin gluten a largo plazo sin antes consultar a un médico para tener una evaluación adecuada para determinar si la enfermedad celíaca o algún otro trastorno médico potencialmente grave está presente.
Estas son algunas de las muchas razones por las que usted o un miembro de su familia no deben seguir una dieta libre de gluten sin saber qué se está tratando:
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Una dieta sin gluten puede no ser el tratamiento correcto para el problema médico subyacente. Una dieta sin gluten, por ejemplo, no ayudará a la enfermedad inflamatoria intestinal.
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Si ha seguido una dieta sin gluten durante varios meses o más, será más difícil determinar si tiene la enfermedad celíaca. De manera similar, la detección de la enfermedad celíaca en los miembros de la familia es más difícil si ya están siguiendo una dieta libre de gluten.
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Una dieta sin gluten es cara, especialmente si toda la familia come sin gluten. ¿Por qué gastar este dinero extra si no es necesario? Asegúrese de que al menos alguien en la familia tenga una buena razón para comer sin gluten (ya sea enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten) antes de comprometerse con este gasto.
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Usted corre cierto riesgo de estar menos nutrido con una dieta libre de gluten. Antes de someterse a una dieta sin gluten, primero debe reunirse con un dietista registrado para recibir su asesoramiento experto.
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Por razones fiscales y de seguro médico, un diagnóstico comprobado de enfermedad celíaca puede ser importante. Es poco probable que informarle a una aseguradora o al departamento de impuestos que se siente mejor al no consumir gluten sea suficiente para ayudarlo con cualquier reclamo de seguro o solicitud de deducciones de impuestos.