A medida que su paladar se adapta a los sabores frescos y brillantes de los alimentos Paleo, muchos de los mismos alimentos que disfrutaban sus antepasados hombres de las cavernas, es posible que descubra que la comida de los restaurantes no sabe tan deliciosa como la recuerda. Pero los restaurantes aportan más a la mesa que solo comida: comer en un restaurante es una experiencia.
Con algunos de los siguientes trucos, puede recrear algo de esa experiencia en casa para que las comidas caseras satisfagan sus ojos e imaginación, así como su estómago:
-
Opte por la decoración: no hay ninguna razón por la que no pueda hacer una presentación hermosa con la calidad de un restaurante con su comida en casa. En solo unos segundos, puede transformar un aburrido plato de comida en un festín para la vista. En lugar de tirar todos los ingredientes para una ensalada en un tazón para servir gigante, intente hacer un arreglo bonito de los elementos en un plato y rociarlos con aderezo.
En lugar de poner un montón de verduras junto a la carne a la parrilla, ¿por qué no colocar la carne en el centro del plato y rodearla con un anillo de verduras? Las guarniciones comestibles, como las hierbas recién picadas, las rodajas de cítricos o solo unas cuantas nueces tostadas, hacen que el plato no solo se vea bonito sino que también sepa muy bien.
-
Ponga la mesa: elija algunos platos y tazones económicos que le gusten. Un paquete de palillos chinos o un bonito plato de sushi pueden hacer que comer comida asiática en casa sea tan atractivo como comer en un restaurante.
Vaya de compras de segunda mano a los mercados de pulgas para obtener platos antiguos o encuentre los cuencos hondos perfectos para chili, guisos y sopas caseros. Estos toques estéticos hacen que su mesa se sienta especial, incluso para una cena entre semana.
-
Mantenga las bebidas fluyendo: mantenga una jarra de agua sobre la mesa para que pueda volver a llenar su vaso, como lo haría un camarero. Y hágalo especial colocando una rodaja de lima o limón en el borde, o deje caer una hoja de menta o unas rodajas de pepino en el agua para darle un toque fresco.
-
Coma en platos: en un restaurante, probablemente se demore con un aperitivo y pase a una ensalada antes de probar su plato principal. ¿Por qué no recrear esa experiencia en casa? Físicamente, tomar un descanso de cinco minutos entre los cursos significa que su cerebro y su sistema digestivo tienen tiempo para sincronizarse. Mentalmente, esa pausa entre platos te obliga a reducir la velocidad, saborear tu comida y relajarte.