Es posible que las verduras que compra en el supermercado o en el mercado de agricultores no siempre sean frescas. Al comprar verduras frescas, compruebe si hay signos de envejecimiento. Verdes es el término general para las verduras de hoja verde, incluidas las lechugas (iceberg, bibb, Boston, lechuga romana, etc.), col rizada, espinacas, coles, berros, mostaza, hojas de remolacha, nabos, achicoria y berza.
Compre siempre los productos más frescos disponibles; esto afectará los resultados generales de su plato, desde el sabor hasta la textura.
Cuando compre verduras, mantenga los ojos bien abiertos para detectar estos signos reveladores de la edad:
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En general, evite las verduras que estén marchitas o flácidas. Por ejemplo, una cabeza fresca de lechuga romana debe verse como un ramo de hojas verdes, agrupadas muy juntas sin bordes de color óxido ni signos de descomposición.
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Pase las verduras si las hojas se ponen amarillas.
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Las manchas marrones en la lechuga iceberg indican podredumbre.
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Las verduras que se venden en racimos, como la rúcula y el diente de león, son especialmente delicadas y propensas a la descomposición rápida; consumirlos a los pocos días de la compra.
Y no crea (solo porque vio a su madre hacerlo) que las verduras marchitas reviven cuando se sumergen en agua fría.