Los cambios en el estilo de vida, como seguir una dieta de bajo índice glucémico, no solo lo afectan a usted; afectan a toda su familia. Puede pensar "No quiero que mi familia tenga que hacer cambios en el estilo de vida solo porque tengo que hacerlo", pero esa es la mentalidad equivocada. Piense en su nueva dieta de bajo índice glucémico como una forma de vida que implica moderación.
Un plan dietético moderado en lugar de estricto es más fácil de incorporar a la vida familiar. En algunos casos, nadie se da cuenta de los cambios.
Caso en cuestión: como parte de un nuevo estilo de vida, una madre limpió sus encimeras deshaciéndose de las galletas y papas fritas que quedaban por ahí y colocó un gran tazón de fruta en su lugar. Se dijo a sí misma: “Esto nunca funcionará. Mis hijos van a estar gritándome por las galletas ".
En cambio, para su deleite, sus hijos regresaron a casa de la escuela, recogieron del frutero y no dijeron una palabra sobre la falta de galletas.
A continuación se ofrecen algunos consejos para que la transición de su familia a un estilo de vida de bajo índice glucémico sea un poco más sencilla:
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Recuerda que la moderación es clave. Los miembros de su familia seguramente se resistirán a sus esfuerzos por lograr que coman más saludablemente si los obliga a seguir una dieta estricta.
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Encuentre bocadillos de bajo índice glucémico que todos disfruten. El intercambio es siempre una filosofía mejor que la eliminación, especialmente con los niños. Entonces, en lugar de almacenar galletas y papas fritas, compre yogures, chips de tortilla horneados o incluso palomitas de maíz y ofrezca estos alimentos de bajo índice glucémico a su cónyuge e hijos.
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Permita alimentos con alto índice glucémico de vez en cuando, pero no los guarde en los armarios todos los días. Esta sugerencia es beneficiosa para todos. No tendrá la tentación de volver a sus viejos hábitos con tanta frecuencia, y los miembros de su familia no se perderán sus favoritos de alto índice glucémico.
Esta es una gran estrategia para poner en práctica cuando esté asando a la parrilla (compre algunas papas fritas como acompañamiento) y cuando esté comiendo fuera (deje que los niños pidan sus favoritos).
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No haga un gran escándalo por seguir una dieta de bajo índice glucémico. Puede que le entusiasme, pero para su familia, una avalancha de información sobre la dieta de bajo índice glucémico les hará sentir que están siguiendo una dieta y no solo viviendo sus vidas comiendo alimentos saludables. Cíñete a tomar decisiones saludables en lugar de señalar todo lo que hay en el armario o el refrigerador que sea de bajo índice glucémico.
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Permita que su familia tenga voz y esté dispuesta a hacer concesiones. En mi experiencia, las familias se adaptan bastante bien a las modificaciones alimentarias que vienen con una dieta de bajo índice glucémico, pero cada familia es diferente. Escuche lo que los miembros de su familia tienen que decir y, cuando tengan problemas, intente encontrar soluciones que funcionen para todos.