La estufa y el horno tradicionales (ya sea a gas o eléctrico) pueden ser los aparatos de cocina que más utiliza. El tipo de estufa y horno que tiene puede afectar la forma en que se cocinan sus alimentos cuando los usa.
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Gas: la mayoría de los cocineros serios prefieren las estufas de gas debido al control de calor más preciso. Puede encender y apagar una llama de gas rápidamente. Puede ajustar la llama en pequeños incrementos, lo que le brinda más control que con una estufa eléctrica.
Las cocinas de gas más nuevas no deben oler a gas de las luces piloto encendidas. Los modelos más nuevos ya no tienen pilotos de pie. Se encienden electrónicamente; por lo tanto, el gas no fluye a través del sistema a menos que la estufa esté encendida. Si huele gas, tiene una fuga en su sistema. Esta situación es peligrosa: llame a su compañía de gas de inmediato.
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Calefacción eléctrica: las cocinas eléctricas se pusieron de moda después de la Segunda Guerra Mundial. Fueron considerados limpios, fáciles de usar y modernos. El inconveniente de las cocinas eléctricas es su lento tiempo de respuesta. Reducir el calor de alto a bajo puede llevar un minuto; el gas puede hacerlo en segundos. Sin embargo, muchos chefs profesionales prefieren los hornos eléctricos, especialmente para hornear, porque son muy precisos y consistentes.
Los hornos de gas y eléctricos de hoy en día generalmente mantienen y mantienen la temperatura del horno dentro de una variación de aproximadamente 5 grados.