
Corta el tallo de tu tomate.
Inserte un cuchillo de cocina en diagonal en el tomate y corte alrededor del tallo en ángulo.

Corta una "x" poco profunda en la base del tomate.
Este corte permite un pelado más fácil en un paso posterior.

Deje caer el tomate en agua hirviendo.
Déjelo en el agua durante unos diez segundos más o menos.
Deje caer el tomate en agua hirviendo.
Déjelo en el agua durante unos diez segundos más o menos.

Saca el tomate del agua hirviendo y sumérgelo en agua fría.
Utilice un tenedor de mango largo para transportar el tomate.

Pelar la piel.
¡Empiece por la "x"!

Corta el tomate pelado por la mitad.
Corta por el medio, de modo que la parte superior (donde solía estar el tallo) y la parte inferior (con la "x") tengan cada una su propia mitad.
Corta el tomate pelado por la mitad.
Corta por el medio, de modo que la parte superior (donde solía estar el tallo) y la parte inferior (con la "x") tengan cada una su propia mitad.

¡Estrujar!
Las semillas rezuman del tomate cortado.

Picar el tomate.
Córtelo en el tamaño que desee.