
Come menos carne.
Si lo hace, la investigación muestra que su riesgo de cáncer se reduce, hasta en un 50 por ciento según algunos estudios. En lugar de comer carne, obtenga sus proteínas del pescado, huevos, nueces, semillas y granos, todos los cuales contienen proteínas. Los favoritos mediterráneos incluyen pescados como el salmón, el atún, las sardinas; frutos secos como nueces o pistachos; y granos como bulgur y quinua.

Come más frutas y verduras.
Los flavonoides que se encuentran en muchos alimentos de origen vegetal son antioxidantes y contienen compuestos adicionales que pueden prevenir el riesgo de que las células se vuelvan cancerosas. La fibra que se encuentra en frutas, verduras y legumbres también puede ayudar a reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer. Recuerde, cuanta más variedad, mejor para su salud porque también obtiene una variedad de nutrición.

¡Más aceite de oliva, por favor!
El aceite de oliva es una grasa monoinsaturada saludable que ayuda a combatir la inflamación y el riesgo de desarrollar cáncer, especialmente cuando se combina con una dieta que evita la carne, los lácteos y la mantequilla con alto contenido de grasa.